Contexto y consecuencias del § <46>
del Cuaderno 11 ( XVIII) de Gramsci. 46>
( Primer ataque, Joan Tafalla, 12-12-12)
El §
<46> dice así: “ 46>
Traducibilità dei linguaggi scientifici e filosofici. Nel 1921
trattando di questioni di organizzazione Vilici scrisse e disse (press ‘a poco)
così: non abbiamo saputo “tradurre” nelle lingue europee la nostra lingua”[1].
Los editores de
los Quaderni del Carcere escribieron la siguiente nota explicativa:
“La data del
1921 si riferisce al III Congresso dell’Internazionale comunista, dove fu
votata una risoluzione sulle questioni organizzative dei partiti comunisti, che
l’anno seguente – IV Congresso
dell’Internazionale – fu giudicata da Lenin “troppo russa”. Cfr.
Vladimir Ilich Lenin, Opere Complete, vol.
XXXIII, trad. it. Editori Riuniti, Roma 1967, pp. 395-96: “Nel 1921, al III
Congresso, abbiamo votato una risoluzione sulla struttura organizzativa dei
Partiti Comunisti, e sui metodi e sul
contenuto del loro lavoro. La risoluzione è eccellente, ma è quasi interamente
russa, cioè quasi interamente ispirata alle condizioni russe. Questo è il suo
lato buono, ma anche il suo lato cattivo. Cattivo perché sono convinto che
quasi nessuno straniero potrà leggerla: ho riletto la risoluzione ancora una
volta, prima di dire questo. In primo luogo è troppo lunga: contiene cinquanta
o più paragrafi. Gli stranieri, di solito, non possono leggere cose simili. In
secondo luogo, anche se la leggeranno, nessuno degli stranieri la comprenderà,
appunto perché à troppo russa. Non perché sia scritta in russo, essa è tradotta
ottimamente in tutte le lingue, ma perché è interamente permeata di spirito
russo. In terzo luogo, se anche, in via di eccezione, qualche straniero la
comprenderà, non potrà applicarla […] Ho l’impressione che abbiamo commesso un
grande errore con quella risoluzione, e
cioè che ci siamo noi stessi tagliatala strada verso ulteriori successi. Come
ho già detto, la risoluzione è stesa molto bene e sono disposto a mettere la
firma sotto i suoi cinquanta e più paragrafi. Ma noi non abbiamo capito come si
deve mettere la nostra esperienza russa alla portata degli stranieri. Tutto ciò
che dice la risoluzione, è rimasta lettera morta. Se non comprenderemo questo,
non potremo avanzare oltre”.
La referencia a la traductibilidad de los lenguajes filosóficos y
científicos, no es, propiamente a las 21 condiciones que fueron aprobadas en el
II Congrès de la IC, celebrado en Moscú entre el 19 de julio y el 7 de agosto
de 1920[2].
Las 21 condiciones eran un texto conciso. Se piense lo que se piense
sobre este documento y sobre las consecuencias que tuvo en la escisión
irreparable del campo revolucionario, no es parece que Lenin lo pusiera nunca
en cuestión.
En el § <46> , que estoy comentando, 46>Gramsci se refiere sin duda a un texto más farragoso como era Thèses sur la structure, les méthodes et
l'action des partis communistes[3]
(aprobado en el III Congreso de la IC celebrado en Moscú entre el 22 de junio y
el 12 de julio de 1921.
Hay que pensar que el Tercer Congreso de la IC representó un viraje
que correspondía con la idea de que la revolución ya no sería cuestión de
meses, si no de años[4].
Trotski afirmó esto en su informe al congreso. Es a decir, se empezaba a
caminar hacia la formulación de la táctica del Frente Único, empezaba a aflorar
la crítica de Lenin al ultra izquierdismo[5],
y se avanzaba hacia la NEP. En el contexto de apertura política que era
consecuencia de la derrota de la revolución en Occidente, el documento organizativo
era duro. Era natural que fuera así. Suele serlo en estos casos. Las
retiradas exigen más disciplina que las ofensivas, si uno no quiere ver
disuelto el propio ejército.
En el Cuarto Congreso de la IC, celebrado en Moscú entre el 5 de
noviembre y el 5 de diciembre de 1922, Lenin presentó el 13 de noviembre un
informe bajo el título Cinco años de la
revolución rusa y perspectivas de la Revolución mundial[6]. El
informe de Lenin era breve, se había recuperado de su enfermedad producto del
atentado sufrido en 1918 y no pudo escribir mucho. La primera parte de la
intervención estaba dedicada a explicar a los delegados extranjeros la NEP y
las relaciones entre el poder soviético y los campesinos. En estas primera
parte se encuentran interesantes reflexiones sobre la retirada. La segunda
parte estaba dedicada a criticar el documento organizativo del Tercer Congreso que
he citado más arriba, por ser demasiado "ruso" i no precisamente por idioma
en que estaba escrito y tampoco per las traducciones que él consideraba excelentes:
“ En 1921 aprobamos en el III Congreso una resolución sobre la
estructura orgánica de los partidos comunistas y los métodos y el contenido de
su labor. La resolución es magnífica, pero es rusa casi hasta la médula; es
decir, se basa en las condiciones rusas. Este es su aspecto bueno, pero también
su punto flaco. Flaco porque estoy convencido de que casi ningún extranjero
podrá leerla; yo la he releído antes de hacer esta afirmación. Primero, es
demasiado larga, consta de cincuenta o más puntos. Por regla general, los
extranjeros no pueden leer cosas así. Segundo, incluso si la leen, no la
comprenderán precisamente porque es demasiado rusa. No porque esté escrita en
ruso ( ha sido magníficamente traducida a todos los idiomas), sino porque está
sobresaturada de espíritu ruso. Y tercero, si, en caso excepcional, algún
extranjero la llega a entender, no la podrá cumplir. Este es su tercer defecto.
He conversado con algunos delegados extranjeros y confío en que podré conversar
detenidamente con gran número de delegados de distintos países en el curso del
Congreso, aunque no participe personalmente en él, ya que, por desgracia no me
es posible. Tengo la impresión de que hemos cometido un gran error con esta
resolución, es decir, que nosotros mismos hemos levantado una barrera en el
camino de nuestro éxito futuro. Como ya he dicho, la resolución está
excelentemente redactada, y yo suscribo todos sus cincuenta o más puntos. Pero
no hemos comprendido como se debe llevar nuestra experiencia rusa a los extranjeros.
Todo lo que expone la resolución ha quedado en letra muerta. Y si no
comprendemos esto no podremos seguir nuestro avance. Considero que lo más
importante para todos nosotros, tanto para los rusos como para los camaradas
extranjeros, es que, después de cinco años de la revolución rusa, debemos
aprender. Sólo ahora hemos obtenido la posibilidad de aprender. Ignoro cuanto
durará esta posibilidad. No sé durante cuanto tiempo nos concederán las
potencias capitalistas la posibilidad de aprender tranquilamente. Pero debemos
aprovechar cada minuto libre de las ocupaciones militares, de la guerra, para
aprender, comenzando, además por el principio.
El Partido en su totalidad y todos los sectores de la población de
Rusia lo demuestran con su afán de saber. Esta afición al estudio prueba que
nuestra tarea más importante ahora es estudiar y estudiar. Pero también los
camaradas extranjeros deben aprender, no en el mismo sentido en que lo hacemos
nosotros: leer, escribir y comprender lo leído, que es lo que todavía
precisamos. Se discute si esto corresponde a la cultura proletaria o a la
cultura burguesa. Dejo pendiente la cuestión. Pero de lo que no cabe ninguna
duda es de que nosotros necesitamos, ante todo, aprender a leer, a escribir y a
comprender lo que leemos. Los extranjeros no lo necesitan. Les hace falta algo
más elevado: esto implica primero, que comprendan también lo que hemos escrito
acerca de la estructura orgánica de los partidos comunistas y que los camaradas
firmaron sin leerlo y sin comprenderlo. Esta es su primera tarea. Es preciso
llevar a la práctica esta resolución; Pero no puede hacerse de la noche a la
mañana, eso sería completamente imposible. La resolución es demasiado rusa:
refleja la experiencia rusa. Por eso, los extranjeros no la comprenden en
absoluto y no pueden conformarse en colocarla en un rincón como un icono y
rezar ante ella. Así no se conseguirá nada. Lo que necesitan es asimilar la
experiencia rusa. No sé como lo harán. Puede que los fascistas de Italia, por
ejemplo, nos presten un buen servicio, explicando a los italianos que no son
todavía cultos y que su país no está
garantizado aún contra las centurias negras. Quizá esto sea muy útil. Nosotros,
los rusos, debemos buscar también la forma de explicar a los extranjeros las bases
de esta resolución, pues de otro modo, se verán imposibilitados por completo
para cumplirla. Estoy convencido de que, en este sentido, debemos decir no sólo
a los camaradas rusos, sino también a los extranjeros, que lo más importante
del período en que estamos es estudiar. Nosotros estudiamos en sentido general.
En cambio, los estudios de ellos deben tener un carácter especial para que
lleguen a comprender realmente la organización, la estructura, el método y el
contenido de la acción revolucionaria. Si se logra esto, las perspectivas de l
revolución mundial, estoy convencido de ello, serán no solamente buenas, sino
incluso magníficas”[7].
En el § <46>,46> Gramsci se refiere a este discurso. He reproducido entero el
apartado para que se pueda apreciar a qué se refiere Gramsci cuando habla de la
intraducibilidad del lenguaje científico, filosófico o político como es el
caso. Las Thèses sur la structure, les
méthodes et l'action des partis communistes eran, según Raggioneri un
avance sobre la rigidez de las 21 condiciones puesto que. “… rechazaba
explícitamente la indicación de una fórmula inmutable, válida para todos los
partidos comunistas, y negaba de manera otro tanto explícita que se debiera
tender a la fundación de un “nuevo partido modelo” y de estatutos ideales”[8].
Para Raggioneri, sin embargo, que “… la resolución no sólo había
interrumpido la elaboración iniciada con el Extremismo, dirigida a hacer
“digerir” a los “compañeros extranjeros” “un buen pedazo” de la experiencia
rusa, sino que había vuelto inoperante el “viraje político” efectuado en el
Tercer Congreso… De todas maneras, es difícil sobrestimar su importancia para
quien, de la audición directa de aquellas palabras de Lenin, debió extraer un
estímulo y un aliento profundo a pensar en términos nuevos el camino y las
formas de desarrollo de la revolución socialista en Occidente: el peso que este
discurso tuvo en encaminar y ayudar a la elaboración gramsciana es algo todavía
no suficientemente valorado”[9].
Añadamos que para Ragioneri advierte que para Lenin se había
abierto una fractura entre orientación programática de la IC y estructura
organizativa. También recuerda que Togliatti se refirió en diversas ocasiones a
este discurso de Lenin, lo que permite pensar que fue tema discutido diversas
veces entre ambos camaradas y con otros, durante el proceso que llevó al
desplazamiento de Bordiga y a la celebración del congreso de Lyon. Según
Togliatti: “… se ha trabajado poco alrededor de estas palabras de Lenin,
reduciéndolas en general a una crítica solamente exterior de un documento que
no habría sido hecho comprensible para los “compañeros extranjeros””[10]
Raggioneri señala que la bolchevización de los PC’s durante los V
y VI Congresos de la IC imposibilitaron que nadie leyera este discurso de Lenin
de forma correcta. Nadie salvo Gramsci en 1932- 1933 y Togliatti a principios
de los años sesenta.
Nota final.- En este primer ataque al tema, no he podido ofrecer
un análisis y resumen del importante artículo de de Derek Boothman Traduzione e traducibilità, publicado en
2004 por la International Gramsci Society, en el volumen colectivo AAVV Le parole di Gramsci, Per un lessico dei
Quaderni del Carcere , a cura di Fabio Frosini e Guido Ligouri, Roma
Carocci editori, 2004.
[1] GRAMSCI, Antonio Quaderni del Carcere, Edizione a cura di
Valentino Gerratana, Torino Einaudi, 1975, tomo II, p. 1468. Se trata de un texto C retomado del Quaderno 7 (VII), p. 53 bis. Texto A:
“§ <2> Traducibilità dei linguaggi
scientifici e filosofici. Nel 1921: questioni di organizzazione Vilici
disse e scrisse: “non abbiamo saputo “tradurre” nelle lingue “europee” la
nostra lingua”. 2>
[2] AAVV, Manifestes,
Thèses et résolutions des Quatre premiers congrès de l'Internationale
communiste 1919-1923, Paris, Bibliothèque communiste, Librairie du Travail,
1934, Réimpression en fac-similé, François Maspero, 1972, pp. 39-41; Traducción
al español: Los cuatro primeros congresos
de la Interancional comunista, Primera y segunda parte, Buenos Aires,
Cuadernos de Pasado y presente, 43 y 47, 1973, con una presentación de Ernesto
Raggioneri, Primera parte, pp. 109-114). La edición de 1934 la realizó la Liga
Comunista Internacional ( antigua oposición de izquierda), creo que el editor
Boris Souvarine, pero no he podido verificarlo. Si alguien lo sabe, ya sabe, me
lo dice. La edición española se debe sin duda a la iniciativa de José Aricó,
director de PP. El material de Ernesto Raggioneri, Lenin y la Internacional comunista es, a mi juicio, muy
clarificador.
[3] Edición en francés: AAVV, Manifestes, Thèses et résolutions des Quatre premiers…, ob.cit. , pp.
109-122; traducción al español, Pasado y Presente 47, ob.cit., pp. 66- 108.
[4] Ver la introducción de Raggioneri a los
volúmenes 43 y 47 de PP, ya citada: PP 43, pp. XXXIX-XLII.
[5] Ver JOHNSTONE, MONTY, Lenin y la revolución, in Historia del
marxismo, La época de la IIIª
Internacional (I), dirigida por Eric J. Hobsbawn, Barcelona, Bruguera,
1983, p. 168. La crítica de Lenin al ultra izquierdismo tuvo
grandes consecuencias en el PCI: desplazamiento de Bordiga y su substitución por
Gramsci en el congreso de Lyon en 1926.
[6] LENIN, V.I., Cinco
años de la revolución rusa y perspectivas de la Revolución mundial Obras completas, tomo 45, pp. 295-310.
[7] LENIN, V.I., Cinco
años de la revolución rusa y perspectivas de la Revolución mundial ob.cit. Obras completas, tomo 45, pp. 308-310.
[8] RAGGIONERI, Ernesto, Lenin
y la Internacional comunista, ob. Cit. P. XLII. En esa misma página y en la siguiente,
Raggioneri ofrece un detallado resumen y análisis de la resolución. En un
segundo ataque al tema intentaré verificar si se trata de una análisis certero.
Debo también verificar el autor o autores de la misma.
[9] Ibidem, p. XLIII. Para
esta afirmación conviene retener que el trabajo de Raggioneri está datado antes
de 1973.
[10] Togliatti, citado por
Raggioneri, Alcuni problema della storia
dell’Internazionale comunista ( Rinascita, julio-agosto 1959) y Lenin e il nostro partito ( Rinascita,
mayo 1960), Ahora en Palmiro TOGLIATTI, Problemi
del movimento operaio internazionale, Roma 1962, p. 320 y 378. Reseguir
este hilo sería también de interés, pero lo dejo para un segundo ataque al
tema.
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