Una parte de mis vacaciones en Rusia a Moscú incluía unos días de trabajo de archivo en el antiguo Archivo del Instituto de Marxismo-Leninismo del CC del PCUS. El capítulo quinto de la mi tesis sobre Jacques-Michel Coupé (de l’ Oise), diputado convencional francés, cura y jacobino (1737-1809), incluye sus relaciones con Babeuf, el fundador del comunismo moderno. Me refiero al comunismo no utópico, un comunismo ligado a las masas populares y vinculado a la acción revolucionaria.
El archivo más completo sobre Babeuf se encuentra en el antiguo Instituto de Marxismo-Leninismo. Fue producto de una política de la Rusia revolucionaria de compras de archivos personales e institucionales de individuos y organizaciones vinculadas al movimiento obrero y socialista internacional. Las compras fueron llevadas a cabo por gente como David Riázanov (1870-1938), que en 1938 fue condenado a muerte y ejecutado como tantos viejos bolcheviques. Los inmensos fondos del antiguo IML se deben a su iniciativa y apoyo que recibió de Lenin. Actualmente el IML se llama Archivo Estatal Ruso de historia política y social. Enlace a la web del RGASPI: http://www.rgaspi.ru/
Os pongo dos referencias a Riazanov:
Una vez explicado quién era el fundador del Instituto, a quién, por cierto no se lo menciona en ningún momento en el RGASPI, continúo con la narración de nuestras investigaciones.
Gracias al amigo Carlos Valmaseda he podido acreditarme. Ya tengo el "propus". También gracias con él he podido hacer el vaciado de los archivos que me interesan. Lógicamente los catálogos están en ruso y si no fuera por Carlos Valmaseda, el capítulo quinto de la mí tesis, no existiría. También en el engorroso y complicado trabajo de rellenado de los numerosos documentos sin los cuales no pudes hacer nada, los conocimientos de ruso y del funcionamiento de los archivos de Carlos han sido providenciales.
Carlos ya me había conseguido con anteriodad casi toda la correspondencia entre Babeuf i Coupé. En esta visita he tratado de conseguir información extra sobre las relaciones entre ambos revolucionarios.
La gestión del Archivo es muy complicada para un no ruso. Todo es bastante difícil. La acreditación ha requerido un trámite de una hora y cuarto. Las funcionarias lo escriben todo a mano aunque hay unos ordenadores, naturalmente apagados. Una de las tres funcionarias es simpática y casi empática. Las otras dos, francamente, no. Aunque sostiene Carlos que el primer día de nuestra visita estaban de buen humor. Hace falta un cierto acercamiento a la psicología rusa para poder apreciar estos matices. Yo, por mi parte, ese día sólo vi sonreír a una de ellas.
La funcionaria mandona le ha preguntado a en Carles, que hago haciendo la candidatski disertatzie ( el doctorado en ruski) teniendo 56 años. ¡Uff!
Los horarios del RGASPI son imposibles. Sólo tres días por semana (lunes, miércoles y viernes) y en horarios salteados. Eso hunde un poco mi plan de trabajo que contaba con cinco días. Al final y después de que nos anunciaran que cerraban dos días antes de lo legal, he podido estar cuatro días en el archivo.
El primer día (lunes 20 de julio), después de la dura acreditación hemos podido hacer dos horas de duro trabajo con el catálogo, que está en ruso. Y hemos podido pedir la consulta de numerosos documentos. Pero no sirven los documentos el mismo día si no al cabo de dos. Tuve que volver al cabo de dos días para poderlos consultar Uff y re-uff!!!
Cada día han facilitado solo entre 10 y 15 documentos. He tenido sólo tres días efectivos de trabajo. Total de 95 documento solicitados solo han servido 52. Hemos pedido las fotografías de los mismos que están a un precio imposible: 3 euros por fotografía. La cosa saldrá realmente cara. En cualquier archivo de Francia la fotografía de archivos públicos es libre. Supongo que también en el resto de occidente. En la Rusia de Putin, no.
Los 43 archivos que faltaban por consultar se pordán recoger tras la vacaciones del RGASPI, que se suman a las merecidas vcaciones de Carlos. Total, dos meses.
Dos detalles para pensar ( no mucho, que es verano).
Primo. Las plantitas que viven en el ambiente del archivo muestran que, a pesar de todo, nuestras funcionarias guardan un corazón de mujer entre los pliegues y repliegues de su gris y burocrática existencia. Yo, al menos quiero pensarlo así.
Secundo. Bajo una escalera observamos una serie de bustos y esculturas desmontadas y guardadas, esperando otro destino definitivo: ¿será el vertedero de la historia? Me gusta creer que solamente se trata de algo coyuntural.
Quizás me ahorraría algunas preocupaciones si la mi tendencia iconoclasta fuera un poco consecuente. Pero que queréis, me parieron así.
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