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dijous, 14 de maig del 2009

Acostúmbrate a pensar que la muerte para nosotros no es nada

Bust d'Epicur al Louvre

L'amic Sebastià Bauer m'envia aquests fragments de la lletra d'Epicur a Meneceu: 

Acostúmbrate a pensar que la muerte para nosotros no es nada, porque todo el bien y todo el mal residen en las sensaciones, y precisamente la muerte consiste en estar privado de sensación. Por tanto, la recta convicción de que la muerte no es nada para nosotros nos hace agradable la mortalidad de la vida; no porque le añada un tiempo indefinido, sino porque nos priva de un afán desmesurado de inmortalidad. Nada hay que cause temor en la vida para quien está convencido de que el no vivir no guarda tampoco nada temible. Es estúpido quien confiese temer la muerte no por el dolor que pueda causarle en el momento en que se presente, sino porque, pensando en ella, siente dolor: porque aquello cuya presencia no nos perturba, no es sensato que nos angustie durante su espera. El peor de los males, la muerte, no significa nada para nosotros, porque mientras vivimos no existe, y cuando está presente nosotros no existimos. Así pues, la muerte no es real ni para los vivos ni para los muertos, ya que está lejos de los primeros y, cuando se acerca a los segundos, éstos han desaparecido ya. A pesar de ello, la mayoría de la gente unas veces rehuye la muerte viéndola como el mayor de los males, y otras la invoca para remedio de las desgracias de esta vida. El sabio, por su parte, ni desea la vida ni rehuye el dejarla, porque para él el vivir no es un mal, ni considera que lo sea la muerte. Y así como de entre los alimentos no escoge los más abundantes, sino los más agradables, del mismo modo disfruta no del tiempo más largo, sino del más intenso placer.

[…]

Del mismo modo hay que saber que, de los deseos, unos son necesarios, los otros vanos, y entre los naturales hay algunos que son necesarios y otros tan sólo naturales. De los necesarios, unos son indispensables para conseguir la felicidad; otros, para el bienestar del cuerpo; otros, para la propia vida. De modo que, si los conocemos bien, sabremos relacionar cada elección o cada negativa con la salud del cuerpo o la tranquilidad del alma, ya que éste es el objetivo de una vida feliz, y con vistas a él realizamos todos nuestros actos, para no sufrir ni sentir turbación. Tan pronto como lo alcanzamos, cualquier tempestad del alma se serena, y al hombre ya no le queda más que desear ni busca otra cosa para colmar el bien del alma y del cuerpo. Pues el placer lo necesitamos cuando su ausencia nos causa dolor, pero, cuando no experimentamos dolor, tampoco sentimos necesidad de placer. Por este motivo afirmamos que el placer es el principio y fin de una vida feliz, porque lo hemos reconocido como un bien primero y congénito, a partir del cual iniciamos cualquier elección o aversión y a él nos referimos al juzgar los bienes según la norma del placer y del dolor. Y, puesto que éste es el bien primero y connatural, por ese motivo no elegimos todos los placeres, sino que en ocasiones renunciamos a muchos cuando de ellos se sigue un trastorno aún mayor. Y muchos dolores los consideramos preferibles a los placeres si obtenemos un mayor placer cuanto más tiempo hayamos soportado el dolor. Cada placer, por su propia naturaleza, es un bien, pero no hay que elegirlos todos. De modo similar, todo dolor es un mal, pero no siempre hay que rehuir del dolor. Según las ganancias y los perjuicios hay que juzgar sobre el placer y el dolor, porque algunas veces el bien se torna en mal, y otras veces el mal es un bien.

La autarquía la tenemos por un gran bien, no porque debamos siempre conformarnos con poco, sino para que, si no tenemos mucho, con este poco nos baste, pues estamos convencidos de que de la abundancia gozan con mayor dulzura aquellos que mínimamente la necesitan, y que todo lo que la naturaleza reclama es fácil de obtener, y difícil lo que representa un capricho.

Los alimentos frugales proporcionan el mismo placer que los exquisitos, cuando satisfacen el dolor que su falta nos causa, y el pan y el agua son motivo del mayor placer cuando de ellos se alimenta quien tiene necesidad.

Estar acostumbrado a una comida frugal y sin complicaciones es saludable, y ayuda a que el hombre sea diligente en las ocupaciones de la vida; y, si de modo intermitente participamos de una vida más lujosa, nuestra disposición frente a esta clase de vida es mejor y nos mostramos menos temerosos respecto a la suerte.

Cuando decimos que el placer es la única finalidad, no nos referimos a los placeres de los disolutos y crápulas, como afirman algunos que desconocen nuestra doctrina o no están de acuerdo con ella o la interpretan mal, sino al hecho de no sentir dolor en el cuerpo ni turbación en el alma. Pues ni los banquetes ni los festejos continuados, ni el gozar con jovencitos y mujeres, ni los pescados ni otros manjares que ofrecen las mesas bien servidas nos hacen la vida agradable, sino el juicio certero que examina las causas de cada acto de elección y aversión y sabe guiar nuestras opiniones lejos de aquellas que llenan el alma de inquietud.

La podeu trobar sencera i en català a: http://www.pensament.com/filoxarxa/filoxarxa/hele8otr.htm

dimecres, 6 de maig del 2009

Sobre Nature al segle XVIII i la seva relació amb els clàssics


PEP TRAVERSO

Algunes qüestions de partida:

1.- La recepció de la filosofia clàssica al segle XVIII francès és una qüestió important de la història de la filosofia però menyspreada per visions tradicionals que enllacen directament Descartes i Hume amb Kant i el naixement de l’idealisme filosòfic alemany. La visió predominant de la història de la filosofia parlaria de pensadors de segona línia referint-se a les philosophes i fugiria de tot allò que fes olor de materialisme de la plebe.

Per a aquesta visió imperant, la filosofia grega són Plató i Aristòtil, tota la resta són o pre-socràtics o epílegs més o menys importants. En canvi Marx afirma que Epicur és el més gran il·lustrat grec; per tant, a la qüestió que tu planteges hi ha implicacions molt importants.

Què simptomàtic és que Marx que viu al moment més àlgid de la filosofia sistemàrica i idealista escolli per a la seva tesi doctoral la relació entre Demòcrit i Epicur, en aquells temps dos piltrafilles filosòfics.

2.- Sospito que els nostres amics coneixien molt poc els autors grecs, segurament els seus llibres de capçalera eren llatins, Ovidi, Ciceró, Sèneca, Lucreci...D’alguns grecs només devien tenir idees molt generals, molt literàries. Recordo un passatge de Diderot en què aquest camina junt a Plató i veuen venir una figura que s’engrandeix a mesura que s’apropa, Diderot pregunta qui és i Plató contesta que és l’experiència; no em sembla Plató un bon mestre per fonamentar aquest concepte d’experiència que Diderot construeix.

3.- Les filosofies clàssiques de les quals “tiren” els nostres són l’estoïcisme i l’epicureisme, només per citar La Mettrie, té una obra que es titula Anti-Sénèque ou le souverain bien i una altra Le Système d’Épicure, la primera sembla que li va provocar problemes amb Maupertuis que va prendre partit per Séneca i l’estoïcisme.

4.- En relació amb l’epicureisme i els nostres amics, el llibre clau podria ser el poema científic de Lucreci De Rerum Natura al segle I a.n.e. Una mena d’ontologia sobre la natura on ja des dels primers versos s’olora Diderot i la seva ontologia, la natura ho és tot, la natura és una, la matèria és eterna...aquí no hi ha espai per als déus. No era casualitat que, referint-se a Lucreci, sant Jeròni deia que era boig, que en els moments de cordura va escriure alguns llibres i que –obviament- va acabar suïcidant-se. El De Rerum Natura es va traduir al castellà a finals del s. XVIII per un tal abbé Marchena, relacionat amb els franchutes (?) i que no es va publicar fins al final del XIX.

5.- La cosmologia epicúrea sembla ser un bon fonament per una proposta social i política revolucionària, per això aquest persistència que tu trobes a les teves lectures; l’home en la seva relació amb la natura, un espai del que han desaparegut els déus, les divinitats, les pors al més enllà; un espai de coneixement lliure és també un espai d’igualtat política ambdós es necessiten i s’exigeixen. Lukács, quan va acabar l’Estètica va començar la redacció de la seva ètica però va girar en rodó i es va posar a construir una ontologia de l’ésser social; segurament aquests boigs del divuit en tenien una i aquesta passava per l’epicureisme, o si tu vols, per alguns clàssics llatins.

6.- Aquestes notes neixen de les lectures que estic fent, que són: La Tesi Doctoral de Marx (produïda per Candel), el De Rerum Natura de Lucreci esmentat i un llibre que ens pot ajudar també, Pascal Charbonnat, Histoire des philosophies matérialistes.

Pensées sur l’interprétation de la nature. Denis Diderot


PEP TRAVERSO

Notas de Colas Duflo al libro de D. Diderot Pensées sur l’interprétation de la nature d’éditions Flammarion, Paris, 2005.

Hay momentos en la historia de la humanidad en que las controversias científicas parecen conducir directamente a la discusión del todo social, como si lo que predominara en la relación entre los distintos saberes fuera la transversalidad y la continuidad. Seguramente son éstos los momentos revolucionarios, las clases dominantes lo saben y entran a saco en cuestiones aparentemente poco importantes. En esos momentos aparece la filosofía, lo hace marcada por esa su mirada a la totalidad, como ontología, posicionamiento ante las formas de ser, como discurso inevitablemente de combate. En la Francia de mediados del siglo XVIII y alrededor de la pregunta sobre la naturaleza y sobre cómo conocerla se desarrolló una de estas batallas que fue mucho más allá de las estrictas cuestiones científicas o de método.

El importante desarrollo de las ciencias de la vida, la biología, la botánica, la medicina y la anatomía hizo bajar de los cielos filosóficos las discusiones sobre diferentes aspectos de la naturaleza y permitió la participación de una buena cantidad de médicos, físicos, botánicos, matemáticos…y quizás fue esto lo que espantó a las clases dominantes, la masificación y extensión del debate, el trasiego incontrolable de libros y panfletos, “hâtons-nous de rendre la philosophie populaire” gritaba Diderot.

La visión galileana que animaba a descubrir el esqueleto matemático de la naturaleza, el paradigma cartesiano que priorizaba en los cuerpos la extensión, la figura y el movimiento, incluso, la abstracción de las leyes newtonianas parecían poder decir muy poco ante el estudio pormenorizado de los organismos vivos; en especial las ciencias experimentales parecían estar en ebullición negándose a reconocer en las matemáticas su función paradigmática, el concepto de experiencia ganaba peso…el debate profundo, la crisis existía, lo prueba la aparición de posicionamientos claramente regresivos; p. e., el médico G. E. Stahl “avec son retour au finalisme et à l’âme comme principe d’explication des phénomènes biologiques” (p.23) o la iglesia católica con los jesuitas al frente formados en orden de combate.

¿Es este balanceo en el campo científico, de las frías matemáticas a las cálidas ciencias de la vida el factor explicativo central? Difícilmente; habrá que estudiar los cambios acaecidos en la vida social, las transformaciones económicas, políticas y sociales que están sucediendo en la Francia de mediados del XVIII para tener una idea de conjunto de cierta validez.

En este magma social es donde intervienen les philosophes, aunque con posiciones diferenciadas, D’Alembert, La Mettrie, Diderot, Maupertuis, D’Holbach, Voltaire, Rousseau conforman una primera línea de lujo, pero tras ellos debe haber estudiantes, herboristas, artesanos, médicos, químicos que deben, con su persistente actividad, preocupar mucho más a los poderes establecidos.

C. Duflo nos ayuda a sintetizar todo esto, « Il y a dans la première moitié du XVIIIe siècle une crise des modèles épistémologiques hérités du XVIIe siècle, qui atteint son climax dans les années 1750. Elle est liée à la naissance et au développement de ce qe nous appelons aujourd’hui les sciences de la vie et de la terre »(p.21)

« Après Descartes, les hypothèses sur la formation de la terre se sont multipliées. Elles s’appuient sur les découvertes de fossiles ou sur l’analyse des matières qui composent le globe » (p.21)

« La connaissance du monde végétal a considérablement progressé depuis le milieu du XVIIe siècle, aussi bien relativement à la quantité des informations disponibles que relativement à l’organisation de ses connaissances »(p.21)

« Mais c’est surtout la connaissance du vivant qui suscite le plus d’interrogations nouvelles, à la mesure des considérables progrès qu’elle réalise dans différents domaines : connaissance des organes et de leur fonctionnement (médecine et physiologie), théories sur les mécanisme de la génération, découvertes sur le monde animal… »(p.22)

« Si des penseurs comme Voltaire se sentent obligés de donner leur avis sur ces questions, c’est qu’ils perçoivent bien que elles engagent des débats plus fondamentaux sur ce que sont la vie ou l’animalité… »(p.22)

« Les propriétés de la matière, la formation de la Terre ou celle des espèces, la génération du vivant, etc., sont autant de sujets potentiellement polémiques et dangereux »(p.11)

Una de estas cuestiones « potentiellement polémiques et dangereux » podria ser la admiración que provoca la naturaleza, quedarnos con la boca abierta ante su belleza, su majestuosidad, su complejidad y perfección hasta en lo más diminuto…y quien podría negar que esta inabarcable belleza no hace sino reflejar una inteligencia superior, infinita. Diderot ha tomado partido desde joven, « la tâche du philosophe est de dissiper l’étonement, et non de s’y complaire », en la Lettre sur les aveugles se nos dice, « s’il vous étonne, c’est peut-être parce que vous êtes dans l’habitude de traiter de prodige tout ce que vous paraît au-dessus de vos forces » Las repercusiones de este tema están claras.

Entonces, ¿cómo considerar la naturaleza? « la nature doit être comprise comme une totalité en laquelle tout est lié […] appliquée au champ des sciences de la vie, cette hypothèse générale conduit à affirmer l’unité fondamentale de tous les corps organisés comme des variations d’un même prototype»(33) y de aquí a la búsqueda de la sensibilidad y del pensar en la propia materia y a una metodología científica centrada en la experimentación, y de aquí a un nuevo y potente concepto de experiencia. Diderot, Maupertuis, Holbach transcurren por estas ideas y la cosa era preocupante…para las clases dominantes.

No sé si es alejarme demasiado del tema pero esta “preocupación” aparece claramente en el siguiente hecho histórico que he leído en la contraportada de la última edición en castellano del libro de Holbach El cristianismo al descubierto, “un aprendiz recibió de un vendedor ambulante llamado Lécuyer –escribe Diderot a su amiga y confidente Sophie Volland-, como pago o por alguna razón, dos ejemplares de El cristianismo al descubierto, y vendió uno de ellos a su maestro. El vendedor, su mujer y el aprendiz fueron arrestados y puestos en la picota, azotados y marcados; el aprendiz, condenado a nueve años de galeras, el vendedor a cinco y la mujer a un asilo para toda la vida”